Danza y vida: un viaje de pasión y crecimiento
Con una trayectoria dilatada en el mundo de la danza, Noelia Torres es más que una bailarina; es una “fábrica de vida”. Su pasión por la danza, el equilibrio, los ritmos y el ser humano se refleja en cada proyecto y en su dedicación para formar a nuevas generaciones de bailarines y ayudar a crecer a la persona con o sin base musical.
Desde los tres años ya me calzaba puntas, no solo en los pies, también en el alma y en el corazón. Aquellas zapatillas me las ató mi padre por y para siempre y me enseñó, no solo rincones del mundo increíbles, sino también como vivir.
La danza fue el instrumento, los viajes, la música, la cultura, fueron su pupitre, su pizarra y su uniforme y su maestro, su padre. Comenzó a conocer Londres con 16 años, después de aquello muchas han sido las ciudades por las que he danzado siempre creciendo al compás de la música con cada movimiento.
Primeros pasos: creando sueños en la azotea
Mis primeras coreografías fueron en la azotea de mi casa, donde invitaba a mi amigas persuadiéndolas con un buen ágape como merienda . Ése era el escenario perfecto para dar rienda suelta a toda a nuestra su creatividad al mismo tiempo que comenzábamos a tejer nuestras alas.
Desde pequeña tuve oportunidad de compartir mesa , mantel , en definitiva , momentos con personajes del mundo artístico y de la cultura, mientras me entretenía pintando trazos en un papel y, sin ningún esfuerzo, Noelia crecía, Noelia aprendía.
25 años de evolución: de la danza al bienestar integral
Después de algunos años bailando con y para los mejores, como Lorenzo Godoy, Gelu Barbu o Leticia Soria se planta la primera semilla de Noelia Torres Estudios de Danza. Desde entonces hasta ahora, han pasado 25 años de crecimiento en un estudio que no deja de recibir y potenciar a un alumnado de 3 a lo que te propongas de edad con inquietudes.
Hoy, además, Noelia también enseña caminos de bienestar desde NT Project, trabajando para instituciones y colectivos desde donde hace «desaprender» conductas y patrones que eran inamovibles. «La ventana esteparia», «Creo en mi conmigo», «Contra todo pronóstico», «Puentes compartidos» encuentros únicos donde Noelia enseña herramientas a través de las emociones, de la música, de los sentidos y del movimiento; nuevas puertas y ventanas al mundo para transitarlo desde una sensación más plena y coherente con lo que no rodea
